Creemos que la creación de valor y experiencias positivas tanto para los compradores como para los vendedores, en consonancia con sus necesidades e intereses personales, es la base de unas relaciones comerciales auténticas y rentables.

Para servir a los intereses de los compradores, es fundamental crear una experiencia óptima. Por lo tanto, el camino hacia el compromiso (todo lo que sucede desde que se conocen hasta la firma de un primer contrato) así como el camino hacia el crecimiento (trabajar con las empresas clientes para ampliar la colaboración, el impacto y los ingresos) son igualmente importantes y deben ser vistos y diseñados desde la perspectiva del comprador para asegurarse de que el vendedor está alineado con el viaje que los compradores emprenden para lograr sus objetivos.

Al mismo tiempo, para ayudar al vendedor, creemos que la empresa necesita trabajar dentro de un marco común con procesos, funciones y responsabilidades claramente definidos para proporcionar un entorno de rendimiento óptimo. Para medir el rendimiento y proporcionar a la empresa una visión procesable, es fundamental medir sistemáticamente los mismos indicadores clave de rendimiento a lo largo del tiempo para identificar las áreas de mejora en toda la empresa y tomar las medidas oportunas. Evidentemente, saber aprovechar el poder de la tecnología como multiplicador es otra de las piedras angulares para impulsar el rendimiento.